Novena a San Judas Tadeo: cómo rezarla día por día

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado. Y renuevas la faz de la tierra.

Oremos: Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

San Judas Tadeo, tú que fuiste elegido por Jesús para ser su apóstol y su amigo, y que recibiste de él la misión de anunciar su Evangelio a todas las naciones, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de conocerlo y amarlo cada día más, y de seguirlo fielmente hasta el final. Tú que fuiste testigo de sus palabras y de sus obras, de su pasión y de su resurrección, ayúdanos a vivir según su voluntad y a dar testimonio de su amor en medio del mundo. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza. 

Te damos gracias, Señor, por habernos dado a San Judas Tadeo como modelo de apóstol y como intercesor poderoso en nuestras necesidades. Te pedimos que por su mediación nos concedas las gracias que te hemos pedido, si son conforme a tu santa voluntad y al bien de nuestras almas. Te ofrecemos nuestra vida como signo de nuestro amor y de nuestra gratitud. Te consagramos nuestro cuerpo y nuestra alma, nuestros pensamientos y nuestros afectos, nuestros trabajos y nuestros sufrimientos, nuestras alegrías y nuestras esperanzas. Haznos dignos hijos tuyos y fieles devotos de San Judas Tadeo. Amén.

San Judas Tadeo, tú que fuiste primo hermano de Jesús según la carne, y que compartiste con él los lazos de la sangre y de la fe, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de ser miembros de su familia espiritual, la Iglesia. Tú que fuiste educado en la escuela de María y José, ayúdanos a crecer en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza.

San Judas Tadeo, tú que fuiste discípulo amado de Jesús y que le seguiste con generosidad hasta el Calvario, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de escuchar su voz y responder a su llamada. Tú que fuiste testigo de sus milagros y de sus enseñanzas, ayúdanos a imitar sus ejemplos y a poner en práctica sus mandamientos. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza.

San Judas Tadeo, tú que fuiste mártir de Cristo y que derramaste tu sangre por amor a él y a su Iglesia, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de ser fieles testigos de su nombre en todas las circunstancias. Tú que fuiste valiente en el combate y generoso en el sacrificio, ayúdanos a vencer el temor y la cobardía, y a ofrecer nuestra vida por la gloria de Dios y la salvación de las almas. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza.

San Judas Tadeo, tú que fuiste escritor sagrado y que nos dejaste una epístola inspirada por el Espíritu Santo, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de amar y estudiar las Sagradas Escrituras, que son palabra de Dios para nuestra salvación. Tú que nos advertiste contra los falsos maestros y nos exhortaste a mantenernos firmes en la fe, ayúdanos a discernir la verdad del error y a defender la sana doctrina frente a los ataques de los enemigos de la Iglesia. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza.

San Judas Tadeo, tú que fuiste misionero de Cristo y que llevaste su mensaje de salvación a diversos pueblos y naciones, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de ser colaboradores de su misión y de anunciar su Evangelio con valentía y alegría. Tú que fuiste instrumento de curación y conversión para muchos enfermos y pecadores, ayúdanos a ser signos de su amor y de su misericordia para nuestros hermanos más necesitados. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza.

San Judas Tadeo, tú que fuiste amigo de María, la madre de Jesús y nuestra madre espiritual, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de tener una verdadera devoción a ella y de imitar sus virtudes. Tú que fuiste testigo de su presencia maternal en Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y los discípulos reunidos en oración con ella, ayúdanos a invocarla siempre como nuestra auxiliadora y consoladora. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza.

San Judas Tadeo, tú que fuiste patrono de las causas difíciles o imposibles, y que has socorrido a tantos fieles que han recurrido a ti en sus necesidades y aflicciones, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de confiar en su providencia y de esperar en su bondad. Tú que has obtenido favores extraordinarios para los que te han invocado con fe y esperanza, ayúdanos a superar las dificultades y los obstáculos que se presentan en nuestro camino. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza.

San Judas Tadeo, tú que fuiste gloria de la Iglesia y que ocupas un lugar distinguido entre los santos del cielo, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que nos conceda la gracia de ser fieles hijos de la Iglesia y de contribuir a su santidad y a su misión. Tú que fuiste modelo de apóstol y de mártir, de escritor y de misionero, de amigo de María y de patrono de las causas difíciles, ayúdanos a seguir tu ejemplo y a imitar tus virtudes. Tú que eres nuestro patrono y protector, escucha nuestra súplica y alcánzanos la gracia que te pedimos con fe y confianza.